Riéndome, abrí un paraguas en mi habitación y bailé, sí, pero sin lluvia.
Salí a la calle, hacía un sol que cegaba a la vista, así que me puse a cantar.
Pasé por debajo de una escalera sin darme cuenta, y cuando me di cuenta, me descojoné, retrocedí y repetí el proceso.
A medida que avanzó la tarde, el sol se fue marchando dando paso a unas nubes negras que trajeron consigo un buen diluvio-¡El paraguas que utilicé en mi casa me hubiera servido de gran ayuda!-pero no me importó.
Un gato negro cruzó corriendo la carretera delante mía.
Me pregunté dónde estaría el espejo que me faltaba por romper y reí, reí muchísimo.
Regreso a casa me caí del bordillo y juraría que me hice un esguince. No me importó. Nada de nada. De hecho, estaría por apostar, que ese día absolutamente nada podría borrarme la sonrisa de la cara.
Salí a la calle, hacía un sol que cegaba a la vista, así que me puse a cantar.
Pasé por debajo de una escalera sin darme cuenta, y cuando me di cuenta, me descojoné, retrocedí y repetí el proceso.
A medida que avanzó la tarde, el sol se fue marchando dando paso a unas nubes negras que trajeron consigo un buen diluvio-¡El paraguas que utilicé en mi casa me hubiera servido de gran ayuda!-pero no me importó.
Un gato negro cruzó corriendo la carretera delante mía.
Me pregunté dónde estaría el espejo que me faltaba por romper y reí, reí muchísimo.
Regreso a casa me caí del bordillo y juraría que me hice un esguince. No me importó. Nada de nada. De hecho, estaría por apostar, que ese día absolutamente nada podría borrarme la sonrisa de la cara.
sígueme yo te sigo :)
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